Seleccionado para Festival Nacional de Fotografía Fotoveritas 2024.
El proyecto "Gracias por notar" nace de mi miedo y enojo ante el deterioro ambiental y las políticas que fallan en valorar nuestro entorno. En una época dominada por pensamientos antropocéntricos y capitalistas, hemos profundizado la separación entre humanos y naturaleza, alienando a seres no humanos como plantas, insectos y pájaros. Estos seres, ahora percibidos como monstruos o alienígenas, representan lo externo y desconocido.
Este proyecto se presenta como un ensayo fotográfico de tres imágenes que retratan a estos "seres extraños" y su mundo distópico. Las fotografías estarán acompañadas de un fanzine que funcionará como guía / diario, documentando los avistamientos de estas especies en la urbe. Esta combinación de imágenes en pared, zine y texto busca ofrecer una experiencia inmersiva, llevando a la audiencia a reflexionar sobre las consecuencias de nuestra alienación de la naturaleza y la urgencia de entender nuestro entorno.
Texto dentro de zine:
Puede que no sea así, pero siento que cuando veo un insecto, una flor o un liquen, estos seres piensan algo como "Gracias por notar". No soy historiador ni ecólogo, pero llevo toda mi vida presenciando la crisis climática. Hemos pasado de enfrentar situaciones como hambre o el agujero de ozono sobre la Antártida, a lidiar con microplásticos en el esperma, nubes tóxicas o una probable sexta extinción masiva.
Por un lado, me parece encantador cómo una serie de acciones puede mover y cambiar el sistema; por otro, me aterra lo fácil que es destruir. A veces leo que no todo es malo. Algunos organismos logran evolucionar para vivir y descomponer la radiación, por ejemplo.
Las acciones no son solo acciones; vienen de un pensamiento. ¿Qué pasaría si todes pensáramos que el entorno es solo para construir, cultivar y extraer? Probablemente ni siquiera le pondríamos nombre a lo que habitaba antes esos lugares, o tal vez tendría una etiqueta genérica como "maleza" (o en otro contexto algo similar a "terrorista"). Llegaría el punto en que no recordaríamos cómo eran esos seres, nunca volviéramos a ver un jardín, un lote baldío o un bosque, y nuestra única referencia serían textos religiosos, fotografías de campos de golf o los hoteles costeros.
Creo que si notáramos lo no humano, podríamos pensar distinto. Si vemos a las plantas devolver agua en forma de gotas en sus hojas cuando reciben demasiada, o cómo las avispas llegan a las flores de las bromelias, podríamos aprender a apreciar.
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